El Antiguo Testamento está lleno de profetas que recibieron visiones de Dios y algunas de esas visiones se centran en el fin del mundo. Uno de esos profetas es Ezequiel, quien recibió una visión apocalíptica que relata en el libro de Ezequiel, capítulos 1 al 11.
En el capítulo 1, Ezequiel describe una visión de la gloria de Dios en el cielo, la cual se le apareció en forma de un carro celestial. Este carro estaba sostenido por cuatro seres vivientes, cada uno con cuatro rostros. Los seres volaban y se movían como estructuras de ruedas dentro de más ruedas. Ezequiel describe vívidamente la escena, los colores y las formas que se encuentran en la visión.
Esta visión es considerada como la inauguración del llamado 'lenguaje apocalíptico' que se encuentra en el Antiguo y Nuevo Testamento. El 'lenguaje apocalíptico' es un género literario que utiliza simbolismos, imágenes y números para transmitir un mensaje del futuro y está presente en los libros de Daniel y Apocalipsis, así como en otros escritos antiguos.
En el capítulo 8, Ezequiel tiene otra visión en la que ve a los ancianos de Israel realizando actos de adoración a dioses paganos. Esto es un gran pecado y Ezequiel dice que esto se debe a que los líderes de Israel habían fallado a su responsabilidad de adorar al Dios verdadero. Debido a la desobediencia, Dios le dice a Ezequiel que Jerusalén y el templo serán destruidos.
Ezequiel luego tiene otra visión en la que ve a ángeles que marcan a los justos en Jerusalén. Estos justos serán protegidos en medio del desastre que se avecina. Sin embargo, la destrucción es inevitable y en el capítulo 11, se apunta que el espíritu de Dios ha abandonado el templo.
A pesar de la destrucción inminente, Ezequiel también recibió una visión de restauración y de la llegada del Mesías en Jerusalén. En el capítulo 37, Ezequiel tiene la famosa visión del valle de los huesos secos. Dios le muestra a Ezequiel una multitud de huesos secos que se juntan y cobran vida. Esta visión anuncia la restauración de Israel después de la destrucción.
Más tarde, en el capítulo 40, Ezequiel tiene una visión detallada del nuevo templo de Jerusalén. Este templo es descrito en detalle y se espera que sea construido una vez que Israel sea restaurado. El capítulo 43 muestra una vez más la majestad y la gloria de Dios cuando su gloria llene el nuevo templo.
La visión apocalíptica de Ezequiel es importante por muchas razones. En primer lugar, esta visión es una de las más detalladas y complejas de las visiones bíblicas. Ezequiel utiliza muchos simbolismos y formas abstractas para describir la visión de Dios y esto refleja el complejo lenguaje apocalíptico.
En segundo lugar, esta visión es significativa porque anuncia la destrucción de Jerusalén y el templo de Dios. Esta destrucción es una consecuencia de la desobediencia de Israel. La visión de Ezequiel es un llamado a la responsabilidad y la obediencia para no sufrir el mismo destino que Jerusalén y el templo.
Por último, la visión de Ezequiel también anuncia la restauración de Israel y la llegada del Mesías. Esta es una visión de esperanza y de futuro, algo que siempre ha sido importante en la vida religiosa de la humanidad. La visión de Ezequiel muestra que Dios está siempre presente y que, incluso en los momentos más oscuros de la humanidad, hay esperanza de un futuro mejor.
La visión apocalíptica de Ezequiel es una de las más complejas y detalladas de las visiones bíblicas. Esta visión anuncia la destrucción de Jerusalén y el templo, pero también muestra la restauración de Israel y la llegada del Mesías. La visión de Ezequiel es un llamado a la obediencia y a la responsabilidad, pero también es una visión de esperanza y de futuro.
La visión apocalíptica de Ezequiel es importante en la historia de la religión y sigue siendo relevante hoy en día. Nos recuerda la importancia de la obediencia y la responsabilidad, pero también nos da esperanza en los momentos oscuros de la vida. La visión de Ezequiel es una visión de la gloria de Dios y nos muestra que incluso en los momentos más difíciles, Dios siempre está presente y ofrece un futuro mejor para aquellos que creen en Él.